"Así, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. El árbol bueno no puede dar fruto malo, ni el árbol malo dar fruto bueno"
(Mateo 7:17-18)
Me alegra mucho poder saludarles niños y niñas, y desearles un año nuevo lleno de bendiciones de parte de Jesús, para sus vidas. "Los frutos", ese es el tema que vamos a tratar de desarrollar en esta nueva oportunidad.
Inicio haciendo una pregunta: ¿A quienes les gusta la variedad de frutos que existen? Quizá a ti haya alguno que no es tu favorito y prefieres mejor no probarlo. Sin embargo me atrevo a decir que a la mayoría les gustan todos los que conocemos. A mí me encantan cada uno de los que he probado, me fascina el plátano, la manzana, las uvas, la piña, la naranja etc., etc.
Un árbol se caracteriza por el tipo de fruto que da. Tú puedes reconocer cuando un árbol es de naranjas, justamente porque en su follaje veras colgar naranjas. Jamás veremos limones en un árbol de aguacate. Es impresionante como Dios creó con tanta sabiduría toda la naturaleza, la cual hoy disfrutamos.
La Biblia también nos habla de los frutos, dice en Mateo 7:16-17 "Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los cardos? Del mismo modo, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo".
La palabra del Señor se refiere como frutos, a nuestras acciones, lo que hacemos, lo que decimos, etc. El Señor nos compara con árboles y utiliza ésta figura para hacernos entender que así como un árbol hay que cuidarlo, regarlo, evitar que plagas le lleguen y le dañen, de la misma manera, nos debemos cuidar nosotros mismos ¿Cómo? "regándonos" "abonándonos" "podándonos" a través de la lectura de la palabra de Dios, la oración, el congregarte, evitando todo aquello que nos pueda contaminar como: Malas compañías, palabras inadecuadas, mentiras, chismes, odio, enojo, resentimiento y más.
Si actuamos bien, estaremos dando buenos frutos, y eso será una señal de que nuestras raíces están saludables y apegadas a Dios. Además, otros, podrán ver en nuestros "buenos frutos" que realmente somos hijos del Rey de reyes.
"El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada" (Juan 15:5)
La clave para poder dar buen fruto está en permanecer en Jesús, teniendo pensamientos, sentimientos y acciones similares a las de nuestro Creador, es decir imitándole en todo.
Cada día debemos preguntarnos: ¿Los pensamientos que tengo son los pensamientos que hubiera tenido el Señor? ¿Estos sentimientos que experimento son los que Jesús tendría? ¿Son mis acciones como las de Cristo?
El Señor en su bendita palabra nos dice claramente cuáles son los frutos buenos que se consiguen a través de su Espíritu Santo, el cual habita en nosotros cuando vivimos en obediencia a Él a través de su palabra, y son los siguientes:
- Amor
- Alegría
- Paz
- Paciencia
- Amabilidad
- Bondad
- Fidelidad
- Mansedumbre
- Dominio de sí mismo
- Humildad
También encontramos en la palabra del Señor, aquellos frutos malos, los cuales se producen en la vida de aquellos que desobedecen a lo que el Señor nos manda hacer, y por la tanto no existe en ellos la guianza del Espíritu Santo de Dios, siendo estos:
- Malos deseos
- Vicios
- Malos pensamientos
- Odio
- Egoísmo
- Pleitos
- Celos
- Envidia
- Enojo y más.
Sería muy interesante que tú y yo pensáramos cual de estos dos grupos de frutos se están produciendo en nuestra vida. A lo mejor te estás esforzando por tener una cosecha buena, sin embargo hay por allí uno que otro fruto podrido, es momento entonces para que te esfuerces por redoblar los cuidados que como buen árbol necesitas para evitar así que alguna tentación llegue a tu vida y te infecte…¿Cómo lo lograras?
1. Busca a Dios en oración, mucho más de lo que lo has estado haciendo.
2. Lee mas su palabra, trata de comprenderla y aprende de memoria versículos.
3. Asiste a la iglesia con el propósito de adorar al Señor y no con el de cumplir una orden de tus padres.
4. Cierra tus oídos a las mentiras del diablo que solo querrá incitarte a pecar contra Dios.
5. Esfuérzate por dejar amistades que no están siendo de bendición para tu vida, sino, todo lo contrario.
6. No hagas caso a las provocaciones de otros que lo único que quieren es hacerte reaccionar mal y poder así criticarte y señalarte
Tu obediencia al Señor traerá a tu vida una hermosa recompensa, la Biblia lo dice: "Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra".
La promesa del Señor es que si permaneces en El, y El en ti darás mucho fruto, pues separado de Él, nada podrás hacer.
Esforcémonos para que nuestras raíces estén cimentadas en Cristo, solo así nuestro fruto será bueno.
RECUERDA: EL MUNDO CONOCERÀ SI ERES O NO DE CRISTO POR TUS FRUTOS.
Autora: Leddy Castillo