Prohibida la entrada

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2° Timoteo 2.19
 Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: 
Conoce el Señor a los que son suyos;
 y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.
La casucha en las afueras de la ciudad había estado abandonada durante muchos años. Había candados en todas las puertas y carteles de “Prohibido Entrar” por todas partes. Miguel y Alicia pasaban por allí todos los días de camino a la escuela.

Miguel y su hermana eran nuevos en el pueblo. Se habían mudado a la ciudad a comienzosdel mes. Ansiosos por hacer amigos, se alegraron cuando Alex, uno de los niños de la clase de Miguel les pidió que volvieran a casa junto a él y los demás niños.

Al pasar por la casucha abandonada Alex dijo:

- Sé como entrar ahí. Vamos a ver.
- Sí, vamos – dijo Teresa.
- Pero el cartel dice prohibido entrar – dijo Alicia.
- ¿Tienes miedo? – se burló uno de los niños.
- Estaríamos violando la ley – dijo Miguel, en defensa de su hermana.
- No hay policías por aquí – comento Roberto – y nadie se enterará.
- Todos sabremos que hicimos algo malo – respondió Alicia.
- Voy a entrar – dijo Alex – ¿Alguien viene con migo?
- Si claro yo no tengo miedo – dijo Roberto haciendo una mueca a Alicia.

Todos, excepto Miguel y Alicia fueron con él. A los pocos minutos sonó la alarma. Miguel y Alicia vieron como los cinco niños asustados eran acompañados fuera por un guardia de seguridad que patrullaba el terreno.

- No, no llamen a mis padres – lloraba Teresa.
- Me alegro de no haber entrado – dijo Alicia mientras iban a casa.
- Yo también – agrego Miguel – quiero hacer amigos, pero no de la clase que te meten en problemas.
Recuerda:“Examinando todo, retened lo bueno” (1 Tesalonicenses 5:21)

Autor: Carolina de Valle